No lo puedo creer todavía y me angustia tanto. Tengo la imagen anclada en mi retina.
Primer día de clases, Mi Pequeña comienza Primer grado...hasta ayer no había caido en la cuenta de cuanto ha crecido.
Primer paso todos los compañeritos juntos, segundo paso: los dividen en cuatro primeros: A, B, C, D.
Es llamada en el A, veo que ningún compañerito de su salita de 5 está con ella. La sigo rumbo a su nuevo espacio escolar .
Llega el momento de sentarse y la veo en la segunda fila de bancos Sola, no quedaba nadie o ella no se sentía cómoda con alguien como para compartir su espacio.
Un ABISMO se abrió a mis pies, el nudo en la garganta fue creciendo tanto que no podía contener las lágrima: NO DEBE verme así..pense.
Era tan grande la impotencia de no poder resguardarla, de no poder solucionar lo que le pasaba, de no saber que estaba siintiendo. Todavía lloro al recordarlo y fue ayer.
Ella tiene todo el valor, el coraje, y la fuerza que su madre no ha tenido y nunca tendrá. Me alegro tanto por ella y sufro tanto por mí. Mi hija me está dando una gran lección. Debo estar felíz por Mi Pequeña. pero no puedo. Hoy he vuelto a la escuela y otra vez el precipicio a mis pies. Ya no fue tan profundo, pero todavía tampoco alcanzo a ver el final porque sigo llorando.